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Por la alta calidad organoléptica y nutritiva del alimento obtenido con técnicas ecológicas.
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Por la salubridad y seguridad sanitaria que ofrece el producto ecológico al que lo consume y al que lo produce.
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Porque mantiene y favorece la fertilidad de la tierra.
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Por la aplicación de técnicas agroecológicas: mejora el paisaje rural y favorece la biodiversidad.
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Porque utiliza recursos energéticos renovables y locales.
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Porque con el consumo de productos ecológicos pagamos por alimentos más nutritivos, con menor contenidos en agua, sin aditivos insalubres y libres de hormonas tóxicas, transgénicos, pesticidas,…
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Porque apoyamos la autonomía productiva, es decir la producción familiar y la transformación de productos con métodos artesanos, sin dependencia de las grandes empresas de suministro y comercialización.
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Porque se libera a la tierra de la sobreexplotación y contaminación indiscriminada por el uso de pesticidas, abonos y monocultivos.
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Porque la producción ética favorece el consumo responsable y sostenible.
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Porque la agricultura ecológica es un modelo de desarrollo socioeconómico y de consumo, respetuoso con las generaciones futuras.
